La inversión en educación debe estar por encima del gasto militar

Con una  tercera parte del excesivo gasto en materia de armamentista, que asciende a 9 mil millones de dólares, se subsana el déficit presupuestario de todas las universidades del país que suman 6 billones de bolívares. El caso de los 3 millones de bolívares fuertes, destinado al gasto estudiantil, lo sufragaría en su totalidad el actual costo del viaje presidencial (1,5 millones de dólares) 

El recorte presupuestario del 6 por ciento, que afecta de manera directa la funcionalidad de la Universidad de Los Andes, simplemente generará, a corto plazo, un caos en materia de procesos administrativos, de mantenimiento y de servicios lo que, en definitiva, afectará el resto de los estratos y actividades. Un encuentro entre las cuatro autoridades rectorales de la ULA con los representantes de los gremios y federaciones (Apula, Sitraula, Sagem, FCU y el Comando Intergremial de Conflicto), permitió ventilar la realidad planteada a corto, mediano y largo plazo para la ULA, así como la de consolidar los esfuerzos mancomunados por un presupuesto adecuado a las necesidades vigentes. El rector abrió el debate reseñando el intercambio de correos electrónicos emanados esta semana  de la Oficina de Planificación del Sector Universitario (Opsu), en los cuales se adelantaban líneas en relación con este recorte del 6 por ciento, decretado por el Ejecutivo nacional. Finalmente, llegó el oficio, con sus especificaciones sobre la modificación de presupuesto derivado del decreto presidencial. En el mismo se ordena no afectar las partidas 401 (Gasto de personal)  y 407 (transferencia, donaciones y becas estudiantiles) que, a todas luces, tiene la intención de evitar conflictos en los sectores laborales y estudiantiles. No obstante, el resto de las partidas sufren recortes abruptos. El comunicado a publicar en medios regionales (financiado por la Apula), es claro y detalla punto por punto el centro de la gran preocupación de la comunidad universitaria.  Por su parte el vicerrector académico, Manuel Dágert, en su intervención, aseveró que ante la difícil situación, la comunidad ulandina debe estar más unida que nunca e indicó que debe proyectarse la información más transparente y exacta posible, pues ésta es la forma más notoria de lograr una reacción ajustada al contexto razonable y efectivo.

 

Por su lado el vicerrector administrativo, Manuel Aranguren, destacó que la mejor manera de gobernar una universidad es con el respaldo de los gremios. Destacó que el déficit presupuestario afectará el cumplimiento de muchas de las responsabilidades de la ULA. Dijo que no se trata de una pelea de la Universidad  contra el gobierno, es simplemente un problema que afecta a todos por igual sin distingos de colores. Entre tanto el secretario, profesor José María Andérez, afirmó que el caso del presupuesto deficitario no lo genera la universidad, sino el propio gobierno de manera unilateral. Aseveró que someter a la universidad a únicamente tiza y pizarrón es regresarla a épocas de oscuridad, pues esta casa de estudio no es sólo el proceso de enseñanza. Esta situación afecta por igual a los programas de extensión, a la investigación, a los intercambios académicos interinstitucionales, la dotación de laboratorios, la practicas de campo, los proyectos de construcción y remodelación, así como a la actividad rutinaria de mantenimiento. Aseveró que es inviable arrodillarse con un rosario en manos ante las autoridades en Caracas para pedir lo que por derecho corresponde al sector universitario. Tampoco es criterio constructivo para un país que la decisión de recorte presupuestario cimentado en el decreto presidencial, tenga el mismo efecto sobre el sector militar en comparación con el sector de la educación superior.  

Gremios unidos

El profesor Luis Loaiza, presidente de la Asociación de Profesores de la ULA y quien actuó como su vocero, intervino para reforzar lo que sería la movilización de la opinión dentro y fuera de la universidad. Dijo que es necesaria una declaratoria de emergencia con una universidad abierta pero en plena lucha por un presupuesto justo, y hacia allá está encaminada la marcha del 29 de abril, que se realizará en la ciudad de Mérida.

 

Pidió asimismo que se convoque al resto de las fuerzas vivas de la ciudad y el estado, pues es un problema que atañe a todos. Por su parte la bachiller Liliana Guerrero, presidenta de la Federación de Centros Universitarios, describió el panorama vigente de problemas del sector estudiantil. Informó que el próximo 17 de abril, estudiantes y autoridades de diversas universidades autónomas de Venezuela, se concentrarán en Mérida para analizar las penurias que atraviesa este sector en cuanto a beneficios y servicios de salud. El bachiller Alfredo Contreras propuso un acto cultural para el 22 de abril en el que se difunda el sentimiento de unidad de la Universidad. Por otra parte, la representación del Sindicato de los Trabajadores de la ULA y el Sindicato de Artes Gráficas del estado Mérida reconocieron la gravedad de la situación y expresaron solidaridad en la suma de esfuerzos para evitar las acciones dispersas. En el caso de Sitraula, sus voceros pidieron una mayor claridad en cuanto a lo que consideran como “caja negra presupuestaria”, pues reciben informaciones discordantes de parte de las autoridades de la Opsu y de la ULA.  Los sindicatos de obreros (Soula), de profesionales (Siprula) y de empleados (Aeula) se excusaron por la inasistencia a este encuentro.