Programa Fray Juan Ramos de Lora se consolida pese a la falta de presupuesto propio

El programa Fray Juan Ramos de Lora, cuenta ya con ocho años de implementación en su sede de Mérida, pero además ha extendido sus fronteras hasta el estado Táchira y en la actualidad ha abierto las puertas a la denominada población bachilleres anteriormente conocida como población flotante, asimismo cuenta con gran receptividad por parte de las autoridades universitarias, profesores y principalmente los estudiantes, pero sin embargo no tiene un presupuesto propio para su funcionamiento.

Este programa se ha logrado mantener gracias a las cuotas que el Secretario de la ULA aporta del presupuesto de su dependencia y a algunos ingresos externos que se dan para su mantenimiento. Con respecto a las dificultades presupuestarias que presentan, Domingo Baptista, coordinador del programa, indicó: “Desde el año 2008, el director de la OPSU tuvo el acierto de asignarle 300 millones de bolívares, en la actualidad 300 mil BsF., al programa cuando tenía una matrícula estudiantil que no equivalía ni al 50 por ciento de lo que se tiene ahora. Hoy hemos triplicado y casi cuadriplicado la población estudiantil, eso significa una mayor demanda económica para el programa, para la universidad y por lo tanto esperamos que la OPSU y demás autoridades vean las cosas con la realidad nacional que tiene y le den el respaldo que el programa se merece”.

La universidad ha dado pasos muy concretos al lograr conseguir residencia a muchos de estos estudiantes, además de darle la alimentación cuando están haciendo los cursos en el programa. También les ha conseguido transporte, por lo que le toca ahora al Estado venezolano, dar mayor apoyo para que este programa siga creciendo y dando la cobertura a aquellos estudiantes que realmente necesitan entrar a la universidad, tal como lo establece la Constitución Bolivariana de la República de Venezuela.

Los ingresos externos que han ayudado al programa, han sido ingresos propios de la universidad, que son producto de lo que se paga por inscripción o por traslados en las diferentes carreras los cuales tienen un pequeño costo y es con ese dinero que se le da apoyo a éste. Agregó el profesor Baptista que el programa no tiene, dentro del presupuesto de la ULA, ninguna asignación definida, y que es a partir de esos ingresos y de lo que pueda lograr y asignar el Secretario de la universidad, de su presupuesto natural, que se puede mantener el programa.

Desde sus inicios, se ha solicitado presupuesto para su funcionamiento, junto con los recursos físicos y humanos. La consecución de estos recursos no está supeditada a la universidad solamente, el programa nació en la universidad, pero tiene una extensión y un compromiso con toda la comunidad, por lo tanto deberían estar comprometidos desde el Estado hasta las instituciones privadas, los cuales podrían participar y ayudar, sin embargo, aunque se les ha solicitado apoyo, aún no se ha obtenido respuesta.