Presentado libro de Orlando Albornoz en ULA Táchira

El sociólogo Orlando Albornoz oferció su agradecimiento (Foto: Marlene Otero)El sociólogo Orlando Albornoz ofreció su agradecimiento (Foto: Marlene Otero)

En un acto realizado en la biblioteca Luis Beltrán Prieto Figueroa de la ULA Táchira, fue presentado y bautizado el libro “Las múltiples funciones de la Universidad: crear, transferir y compartir conocimiento”, del sociólogo Orlando Albornoz, el cual contó con el financiamiento del Fondo Editorial Simón Rodríguez de la Lotería del Táchira.

En el mismo acto, que contó con la presencia de autoridades de la ULA Táchira y los miembros de la Junta Directiva del  Fondo Editorial, el destacado intelectual venezolano ofreció una conferencia titulada “La vida académica en la sociedad del conocimiento”.

En el panel del evento estuvieron presentes el doctor Adrián Contreras, coordinador académico de la ULA Táchira, así como los  doctores Román Hernández,   Ramón González Escorihuela, por el Comité  Editorial del Fondo, y el doctor Humberto Ruiz, coordinador del Comité de Arbitraje. De igual forma  estuvieron presentes, en primera fila, los doctores Miguel Rodríguez Villenave y Humberto Acosta, ex rectores de la ULA y la UNET, respectivamente, quienes también forman parte del Comité Editorial del Fondo Simón Rodríguez. Además  concurrieron al acto  docentes y estudiantes de la ULA, UPEL, Universidad Católica del Táchira y la UNET. El acto fue moderado por  el profesor Omar Contreras, presidente de Apula Táchira.

El coordinador académico de la ULA Táchira ofreció una salutación en nombre de las autoridades de la ULA Táchira (Foto: Marlene Otero)El coordinador académico de la ULA Táchira ofreció una salutación en nombre de las autoridades de la institución (Foto: Marlene Otero)

Durante la presentación del libro, el profesor Ramón González Escorihuela señaló que su contenido se inscribe en el área de la educación y forma parte de la última investigación adelantada por el profesor Orlando Albornoz. Afirmó que “él es una persona de alta reputación en el país y a nivel internacional, quien se ha dedicado a la investigación  en las áreas de la sociología y la educación, con más de 50 años de ejercicio académico en la UCV y otras universidades del país y del exterior”. Añadió que Albornoz cuenta  con más de 100 publicaciones y es de los pocos investigadores del país que han sido reconocidos con la figura de  Emérito por el Fonacit. Agregó que Orlando Albornoz es docente titular de la UCV,   cuenta con el doctorado Honoris Causa de la Unica y  ha hecho labor de investigación con  universidades como la de Harvard, París, es conferencista de la Unesco y obtuvo el Premio Interamericano Andrés Bello.

El profesor Humberto Ruiz, ex vicerrector académico de la ULA, también ofreció palabras de reconocimiento a la obra del profesor Orlando Albornoz, al tiempo de afirmar que es consultor de gobiernos y de organismos internacionales como la Unesco. En su intervención, agradeció el apoyo de los doctores Román Hernández y Ramón González para lograr la publicación del libro del doctor Albornoz.

La Universidad Venezolana no es sustentable

El doctor Orlando Albornoz comenzó su intervención agradeciendo la realización del acto de presentación de su libro, y expresó:

-          Esta conferencia comienza con una nota luctuosa, en el sentido de que la Universidad  Venezolana ha muerto, en el sentido de que no tiene ninguna importancia, o la tiene pero no es crucial para la vida venezolana,  debido a que las elites gobernantes desde 1935 hasta 2012 no han logrado crear  un fundamento cognoscitivo sólido,  sustentable.

 

Parte del público presente durante la conferencia dictada por el doctor Albornoz (Foto: Marlene Otero)El coordinador académico de la ULA Táchira ofreció una salutación en nombre de las autoridades de la ULA Táchira (Foto: Marlene Otero)

Explicó que el contenido de su conferencia y del análisis de la situación de la Universidad  Venezolana lo abordó desde “el prisma de la sustentabilidad”.

El sociólogo afirmó que “las elites gobernantes fueron exitosas pero fracasaron, algo que envuelve una contradicción”.  Señaló que estas elites “fueron exitosas porque respondieron a las demandas populares y de la sociedad moderna en la fase de la sociedad del  entrenamiento”. Agregó que “si uno observa su evolución desde 1827 hasta el presente, uno encuentra hitos importantes,  desde Guzmán Blanco, toda la vida de Vargas y el  gran   momento entre  1945 y 1948  que ha sido el único gobierno popular en cuanto al efecto de movilidad  social, étnica y de lo que llaman empowerment en Venezuela,  único momento de tres años cruciales en que comienza la Universidad moderna”.

Señaló que las elites posteriores no supieron entender lo que había acontecido y en la época de Caldera –entre 1970 y 1973- “se creó la semilla de la discordia en el desarrollo del pensamiento”. La Universidad Venezolana se habría convertido en “un reto al monopolio del Estado” y es cuando aparece la universidad  laica  con la creación de la Universidad Santa María, la cual  habría albergado a políticos perseguidos. Se crea además  la Universidad Católica, la cual  abrió sus puertas al sector privado. Posteriormente,  “Caldera interviene las universidades”  y se crean las universidades experimentales.  Aquello “creó un híbrido cuyas consecuencias estamos padeciendo hasta el momento actual".

Respecto al gobierno actual, considera   que “es menos comprensivo del fenómeno de la universidad  -la mentalidad de los militares es distinta a la mentalidad de los civiles- y crearon un sistema de paralelismo, único en el mundo… En vez de seguir impulsando lo que era bueno que eran las universidades autónomas”.

Al hacer una evaluación global del sistema actual de universidades en Venezuela, el profesor Albornoz encontró “una serie de islas” en las que estarían presentes “las universidades autónomas que son las que producen, que tienen la tradición, tenemos las experimentales decadentes  y estas bolivarianas con muchas dificultades,  y el sector privado que curiosamente se ha mantenido estable manteniendo la rama de las universidades privadas dirigidas al lucro”. Agregó a esta clasificación “la Universidad Venezolana dedicada a lo que llaman misión: la Metropolitana, la Onitec de Valencia, etc.”  De nuevo aseveró que “el problema de las elites es que no han tenido la capacidad, el coraje  de mantener, de abrirse a la innovación y se mantienen hoy en día en lo que el actual gobierno popularizó: la credencial, seguimos pensando en la credencial, el título, en la toga y el birrete”.

Portada del libro bautizadoPortada del libro bautizado

Universidad: instancia de intermediación

En otra parte de su intervención señaló:

-          Por eso yo voy a argumentar que la Universidad no es crucial, es vulnerable, es débil, tenemos carácter no competitivo con quienes nos gobiernan que son los militares… ¿que ocurre con la Universidad frente al Ejército, que la Universidad no puede dar golpes, ninguna universidad  por más politizada que sea, como la UCV ahora, una Universidad no puede oponerse sino que tiene que negociar con los gobiernos (aunque resulte muy antipático), la Universidad es una instancia de intermediación entre el poder fáctico y el poder académico. 

Para explicar su concepto acerca de que la Universidad no es sustentable, tomó de  los teóricos de la Ecología que “los recursos que tenemos ahora debemos preservarlos para que sirvan a nuevas generaciones, pero la  “bueno,  la Universidad Venezolana no es sustentable?”. Apuntó que “la Universidad no trabaja para hoy sino para el largo plazo, la Universidad no va a ser hoy sino que va a ser mañana, es un producto que no se ve, la Universidad opera en función de futuro. Y por eso, y por fortuna, es imposible controlarla, se lo he dicho a los señores amigos que han llegado a los ministerios, que fueron mis alumnos...”.

Considera como  un “acierto del chavismo haber reinstaurado la movilidad social vertical del 45, 48 (1945-1948) y el empowerment, que ciertamente lo ha hecho, con propósitos distintos,  pero lo ha hecho”.

En su argumentación para ratificar que la Universidad Venezolana no es sustentable, señaló que  ésta “dejó de ser una instancia conducente a la sociedad del conocimiento”. Y ahí “es donde entra el segundo concepto de esta conferencia como es  la sociedad del conocimiento”. Afirmó que:

-           Toda sociedad vive a partir de la acumulación de ciertos conocimientos  y saberes; y la Universidad se dedica al conocimiento y la vida cotidiana a los saberes.  De cualquier manera, nosotros no estamos incrementando la economía para poder sustentar a la población -eso es de Malthus, de Keynes, de Marx,- nosotros no estamos aportando conocimiento al conocimiento,  sino estamos viviendo del conocimiento ajeno y estamos escogiendo mal de dónde tomar ese conocimiento.  

En este particular, afirmó que Venezuela produce el 0,3 % del conocimiento mundial y debería estar produciendo el 1,3% de dicho conocimiento. En virtud de lo anterior reiteró "¿porqué no es sustentable  la Universidad  Venezolana? porque no está produciendo  conocimiento, porque los que producimos conocimiento no somos importantes sino los que tienen el poder y el poder no solo corrompe sino que conduce al delirio, entonces nosotros no estamos agregando valor a la economía…”.

Momento del bautizo de la obra, el doctor Albornoz junto al doctor Román Hernández  y la doctora Yariesa Lugo y miembros de la Lotería (Foto: Marlene Otero)Momento del bautizo de la obra, el doctor Albornoz junto al doctor Román Hernández y la doctora Yariesa Lugo y miembros de la Lotería del Táchira (Foto: Marlene Otero)

Lenguaje esotérico

Al final de su intervención el docente titular de la UCV afirmó:

-          La Universidad  es jerárquica  en función del conocimiento, es rigurosa, incluso es esotérica, el lenguaje académico es esotérico, es nuestra magia, en consecuencia no puede ser popular, somos príncipes del conocimiento.

Para cerrar su idea de la sustentabilidad expresó que  “la Universidad  no puede ser  sustentable si se dedica al presente, la universidad es sustentable cuando omite el presente y  vive en función del futuro en un sentido esotérico, las grandes universidades del mundo son claustros, estamos más allá del bien y del mal, por eso las sociedades han apartado un espacio y crean los campus para que los intelectuales hagamos lo que nos está obligado hacer que es generar conocimiento”.

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