Alfonso Sánchez: La fragilidad de una moneda que ha generado la crisis universitaria

Profesor Alfonso Sánchez, Vicerrector-Decano de la ULA-Táchira Profesor Alfonso Sánchez, vicerrector-decano de la ULA-Táchira

Para el profesor Alfonso Sánchez, vicerrector-decano de la Universidad de Los Andes Núcleo Universitario “Dr. Pedro Rincón Gutiérrez”-Táchira, un abanico de erradas decisiones tomadas por el Ejecutivo Nacional, como por ejemplo la devaluación de la moneda, ha traído como resultado situaciones insostenibles para la población  que no cuenta con remuneraciones salariales ajustadas a la realidad económica del país, y uno de estos sectores afectados es precisamente el universitario.

En el análisis sobre la moneada nacional, el profesor universitario indica que desde  hace nueve años el bolívar registra una devaluación de 69,5 por ciento frente al dólar, “la fragilidad de la moneada obedece a un patrón de gasto del gobierno que alcanza niveles insostenibles, aún con los altos precios del barril del petróleo, de hecho, periódicamente es inevitable una devaluación para obtener más bolívares por petrodólares y así disminuir el desequilibrio en las cuentas.  Pero también, vale hacer referencia al hecho, de que el gasto público de 2012 fue el más alto de nuestra historia en términos reales por habitante, tal es el caso, que el Estado venezolano desembolsó una suma de dinero equivalente a 51 por ciento del PIB, cuando el resto de América Latina promedió el 30 por ciento”, acotó el profesor Alfonso Sánchez.

La referida expansión del gasto, de acuerdo con lo señalado por el profesor universitario, derivó  en un fuerte desequilibrio en las cuentas públicas, de hecho, el viernes 8 de febrero del presente año no hubo más alternativa que devaluar y deslizar el tipo de cambio oficial desde 4,30 bolívares hasta 6,30 bolívares. Dicho ajuste cambiario, es el reflejo de que se necesitan más bolívares para obtener los dólares que permiten cancelar la deuda en divisas, y por ende, la carga se toma más pesada. Pero más aún, las estadísticas del Banco Central de Venezuela señalan que, entre 2004 y el tercer semestre de 2012, el monto de la deuda externa venezolana experimenta un salto desde 29 mil millones de dólares hasta 102 mil millones dólares, que comienza a presionar las cuentas públicas, sobre todo, después de la última devaluación.

En general, para el profesor Sánchez, este análisis macro de la economía nacional nos indica que, ahora en Venezuela existe una nueva cordillera, aunque no aparece en los mapas venezolanos, y se trata de la deuda en dólares generada por las malas e ineficientes políticas impuestas por el gobierno nacional y que ha alcanzado a todos los sectores de la nación, uno de ellos, el universitario.

ALFONSO2 El profesor Alfonso Sánchez destacó el detrimento del sistema educativo como consecuencia del presupuesto universitario.

En ese sentido, el profesor indicó que el actual escenario precisa de todos los universitarios y de la sociedad en general, de una conciencia crítica, pues no se puede obviar que la universidad ha erigido el pilar fundamental de las ideas, inquietudes y propuestas destinadas a perfilar el nacimiento de la República y de su desarrollo, por tanto, debe ser entendida como piedra angular para el país.

No obstante, para nadie es un secreto que desde hace 14 años las universidades venezolanas cuentan con un presupuesto inferior a sus necesidades, que impide cubrir los gastos de funcionamiento e inversión, de acuerdo con las leyes vigentes del país. No obstante, el Ejecutivo Nacional parece hacerse de oídos sordos al cúmulo de manifestaciones y proclamas que desde hace varios años se vienen expresando desde estos centros del saber, cuando sus integrantes, en diferentes ocasiones, se han organizado en asambleas, movilizaciones y acciones internas  para expresar el ahogo presupuestario al cual han sido sometidos y en detrimento de los salarios, debido a las ineficientes estrategias económicas implementadas.

Esta asignación deficitaria trae como consecuencia el deterioro de la calidad  académica y del sistema de vida del personal tanto de docentes como de  empleados; pero además, repercute directamente en la misión que desde su creación le ha sido encomendada a las universidades como centros de formación y saberes. “Ese cerco económico ha llevado a la falta de financiamiento para la investigación y desarrollo tecnológico, deterioro en la dotación de las providencias estudiantiles, tales como: transporte, bienestar social mantenimiento y renovación de equipos de laboratorio, insumos e infraestructura; que además repercute en evidentes insuficiencias para atender los programas de proyección social y servicio comunitario e igualdad de oportunidades de ingreso a la educación superior”.

Fue claro el profesor Sánchez en manifestar que no se trata de dádivas que se le están solicitando al Ejecutivo Nacional, sino de exigencias para continuar con la tarea fundamental en pro del desarrollo de la nación, y que se lleva adelante desde las instituciones de educación superior, toda vez que, “no se debe olvidar que las universidades son espacios de formación de capital humano y de generación de conocimiento para el desarrollo del país; por lo cual, se precisa, como expresión de todos los universitarios, un aumento salarial, respeto a las normas de homologación y contrataciones colectivas vigentes; a la par de todas aquellas prerrogativas que en el marco legal signifique un mejor escenario laboral”.

En el caso específico de las normas de homologación, señaló el profesor Sánchez que han sido irrespetadas por el gobierno nacional, a pesar de que la Sala Contencioso Administrativa del TSJ, en el año 2010, falló a favor de la FAPUV y ratificó que el gobierno, cada dos años, debe revisar las tablas de sueldos y beneficios de los profesores de las universidades del país, acción que ha sido incumplida.

Un  elemento que se suma al ahogo de sueldos y salarios de los universitarios, es el tema de la inflación, y que de acuerdo con lo señalado por el profesor Alfonso Sánchez, “subió por el ascensor”, mientras que los incrementos salariales “subieron por la escalera”. El tema lo ejemplificó el profesor indicando que entre 2005 y 2012  la inflación acumulada fue de 104 por ciento y el aumento salarial fue del 33 por ciento, lo cual, es el fiel reflejo de que hay una diferencia favorable a la inflación que alcanza el 71 por ciento.  “Pero el escenario se agudiza aún más cuando es evidente que desde el año 2004 no se aplican las normas de homologación, de hecho, han sido vulneradas por el gobierno nacional al venir efectuando, por decreto presidencial, aumentos salariales de forma unilateral; por lo cual, es preciso señalar que desde 2009 hasta 2013 no se ha recibido ningún tipo de aumento, ni el irrisorio del gobierno ni el que establece las normas de homologación, esto arroja un deterioro del 200 por ciento en el poder adquisitivo de los universitarios”.

Otros de los indicadores tomados en cuenta por el profesor Alfonso Sánchez,  en el referido análisis económico, es que Venezuela ocupa el puesto número 27 en el pago de salarios para los docentes universitarios, es decir, menos de mil dólares por mes en relación con otros países, de hecho está por debajo de naciones como Nigeria, Rusia, Ethiopia, entre otros. Aunado a ello, está el hecho de que el sueldo de un profesor universitario, a dedicación exclusiva, en la categoría de instructor y con cuatro años de servicio, tiene  un salario de 3.335 Bs. (equivalente a 1,6 salarios mínimos) y un profesor titular de 16 a 20 años de servicio, tiene un salario de 7,232 (3,6 salarios mínimos). En general, el costo de la canasta básica supera el salario de todos los profesores de cualquier categoría del escalafón universitario.

De igual manera, señaló el profesor Alfonso Sánchez que el presupuesto asignado a las universidades desde el año 2005 es el mismo que se recibió para el 2007 hasta el 2013, y  de hecho se puede calificar como repetitivo, disminuido y no ajustado a la inflación; el profesor dio como ejemplo, que  para el año 2005 una resma de papel tenía un costo de 5 bolívares, hoy cuesta 52 bolívares.

Así mismo, no se puede obviar que con estas medidas se ha visto afectado el proceso de formación que deben tener los profesores universitarios para brindar una educación de calidad y ajustada los estándares internacionales, toda vez que las becas de formación académica de los profesores universitarios ahora las decide el gobierno, incluso, el área de estudio y el país donde deben ir, con lo cual se irrespeta la autonomía universitaria.

Finalizó su reflexión el profesor Sánchez, indicando que es preciso insistir en el llamado al profesor Pedro Calzadilla, ministro de Educación Universitaria, para que inicie, de forma urgente, el diálogo necesario con el gremio universitario, no de manera sectorizada, “basta ya de discriminación que sólo ha llevado a tener el actual escenario de un sistema educativo desgastado tanto en  los montos de los salarios como en el  presupuesto asignado. Por ende, exigimos respuestas adecuadas y certeras al pliego de peticiones que también abarque atención justa a los servicios estudiantiles, salarios dignos para los empleados y presupuesto acorde para el desarrollo universitario”. (Prensa Vicerrectorado ULA-Táchira/ Ana María Zambrano/ CNP.11.277)