Enseñanza de la geografía escolar: ausente del entorno del alumno y del mundo globalizado

 

El doctor Armando Santiago, al inicio de su intervención en la Biblioteca de la ULA Táchira (Foto: Marlene Otero S.)

 

De acuerdo con la exposición que presentara en la Biblioteca ULA Táchira el doctor Armando Santiago, en el cierre de la Semana del Libro, sobre “La elaboración del conocimiento en la geografía escolar, el destacado docente apuntó que la forma de impartir los conocimientos en esta área del conocimiento en la etapa escolar carece de elementos básicos para el proceso de comprensión,  es repetitiva, no contempla el entorno social del estudiante y está desactualizada frente  a la  Globalización.

En su recuento histórico sobre la enseñanza de esta disciplina, el profesor Santiago -quien ha coordinador la Maestría en Enseñanza de la Geografía en el Núcleo-, comentó que a pesar de encontrarnos en los inicios del siglo XXI, aún se conservan orientaciones con las que se realizaba la enseñanza de esta ciencia a mediados del siglo XIX, la cual “no responde a la realidad formativa de los ciudadanos en un mundo globalizado ni  a las realidades que confrontan en su día a día los ciudadanos del país”.

El investigador señala que desde mediados del siglo XX se debate la necesidad de innovar en la enseñanza de la geografía de acuerdo con el avance del conocimiento científico y pedagógico y se da especial observación a aspectos exógenos de la práctica escolar, a estadísticas que miden la matrícula, la deserción y el rendimiento escolar, entre otros aspectos, pero se obvia la práctica escolar en su desarrollo cotidiano.

Influencias del positivismo

Entre los problemas en la enseñanza de la Geografía el docente observa que la influencia de las ideas positivistas influyeron en la practica de “el dictado” como actividad básica escolar, la cual se hizo común entre los países latinoamericanos y caribeños –tradición que vino de la herencia de la primera escuela prusiana de finales del siglo XVIII ante la carencia de otros medios instruccionales-con la cual se busca una función “transmisiva” del conocimiento del docente hacia el educando, mediante la fijación de nociones, definiciones y conceptos  extraídos de un texto o libro.

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Imagen de Agustin Codazzi tomada de:

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Citó a Agustín Codazzi quien a propósito de su crítica a esta práctica de la repetición del conocimiento a través de  su herramienta central, el dictado, la definió como “el catecismo escolar” en que se evidencia una transmisión repetitiva de ideas exactas para una memorización de éstas por parte de los alumnos, idea básica del positivismo, en la búsqueda de mantener la exactitud y seguimiento fiel de los conceptos emitidos por un autor.

En cuanto a este modelo didáctico tradicional, el profesor Santiago manifestó que este fue evolucionando para hacer aún mas especializado el uso del dictado como herramienta fundamental, creándose figuras como la del “experto en contenido”, el “experto en didáctica” y el “experto en diseño instruccional” y a continuación surgió la creación del “programa de estudios” –en donde aparece la figura del libro ya no en su visión tradicional de preguntas y respuestas sino al que se le incorporaron las “unidades didácticas”-, el docente comenzó a estructurar el plan teniendo a “el libro y el programa” como punto de partida que orientar el desarrollo de la clase, “centrada en el dictado”.

Aunque se mantiene la orientación del dictado, se incorporan actividades esenciales como la observación y la descripción. En su aprendizaje y en las evaluaciones al alumno “se le incorpora la observación, la descripción, el dibujo y el calcado”. En todo este proceso, observa el profesor Santiago, “hay una direccionalidad muy horizontal”, ello acontecería por la influencia de las ideas positivistas en la educación, modelo imperante desde mediados del siglo XX. Esta práctica pedagógica, afirma el docente, plantea  un laberinto de dificultades y contratiempos en la práctica pedagógica, que “está desfasada de las necesidades de la sociedad”.

Investigaciones cuestionan esta práctica pedagógica

Durante su conferencia el doctor Armando Santiago presentó resultados de otras investigaciones en el terreno objeto de estudio que reafirman este tipo de cuestionamientos en cuanto a una práctica pedagógica ”desfasada de la realidad circundante de los alumnos y del mundo globalizado”, en la enseñanza de la Geografía.

El docente citó  a la egresada de la ULA, Lorena Álvarez, quien realizó una investigación en 2013, en el Liceo Alberto Adriani de la ciudad de San Cristóbal, en la que se preguntó ¿qué aprenden los estudiantes” y los tópicos impartidos y estudiados por los alumnos se centraron en la geografía descriptiva –ciclo del agua y paisajes, datos de población, territorio, países, ciudades, regiones, entre otros-, es decir la superficie terrestre en relación con los aspectos físicos de la naturaleza, investigación en la que se pudo observar “un perfil de la geografía totalmente alejada del entendimiento de la realidad geográfica en un mundo globalizado y que muestra unos estudios desfasados del entorno inmediato”.

También destacó las ideas expuestas por el autor David Ausubel –de los Estados Unidos de Norteamérica-, quien expone en un estudio de 2001 que los aprendizajes memorizados por  los estudiantes  son rápidamente olvidados al cabo de apenas unas 8 semanas por éstos, así como las de ideas de Wilbur, 1972, quien expresa que los estudiantes copian pero luego no pueden entender lo que han copiado.  Estas ideas las refuerza un estudio de Giordan y Vecchi, 1987, quienes investigaron que los alumnos franceses de 14 años carecen por completo de la mínima comprensión de conceptos básicos de la ciencia.

Lo más inquietante de estas investigaciones –al modo de decir del profesor Armando Santiago-, es lo que plantea el profesor Quintero de la Facultad de Humanidades de la ULA, quien habla del “atraso pedagógico en la actividad escolar que ha hecho ver las dificultades que confrontan los alumnos para hacer tareas sencillas, recordar conocimientos aprendidos y reflexionar críticamente sobre los textos leídos, al no ejercer la acción lectora de forma analítica”.

 

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Imagen tomada de: http://4.bp.blogspot.com/-7I-re5Th9sk/TqDgNT_JO3I/AAAAAAAAADQ/Iz8F0R4bacE/s1600/IMG00530-20111007-1759.jpg

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Nueva dimensión del sentido común

En otra parte de su intervención el doctor Armando Santiago afirmó que en la actualidad no se trata de negar las influencias del Positivismo  en la Enseñanza sino reorientar su utilización pero no como única orientación a seguir, “ello nos lleva a revelar –o reivindicar- el sentido común  de los estudiantes y su relación con el tema”, lo cual permitirá al docente ayudar a orientar los temas de interés del alumno para hacer por ejemplo, un trabajo de campo conectado con la realidad circundante del alumno, realizar visitas guiadas, entre otras prácticas, lo cual permitirá al estudiante  “buscar explicaciones de la realidad”.

De esta manera, afirma el docente, aparece el tema o problema en el contenido programático como guía orientadora en la elaboración del conocimiento científico, “esa explicación de la realidad nos lleva a redescubrirla, esa es otra mirada que con el apoyo de la ciencia y la didáctica –utilizando el sentido común-,   nos lleva al nuevo conocimiento de la realidad, donde el estudiante participa como investigador para abordarla”. Con ello, “ya no es el sentido común inicial sino transformado con el conocimiento de las personas con base a lo que han estudiado”.

En este aspecto de su intervención el profesor Santiago recordó ideas del sociólogo colombiano Orlando Fals Borda quien habla de la “devolución sistemática” del conocimiento, proceso en el cual la investigación científica tiene que devolverse a quienes aportaron elementos de la realidad –la sociedad-, en donde los distintos actores sienten que pueden utilizar los aportes experienciales de la investigación.

Con esta forma de enseñanza, afirma el destacado docente, se reivindica el dictado en la evaluación –en conocimiento que alrededor del 70% de los docentes de primaria utilizan el dictado como herramienta didáctica-, con lo cual se le dicta al alumno, éste copia, pero “vamos a empezar a leer interpretativamente, al principio los alumnos leerán con frases entrecortadas pero luego comenzarán a hacerse preguntas, plantear hipótesis, hacer identificación de problemas, todo esto se complementa con la lectura interpretativa”.

Recomendaciones para reorientar la labor educativa

Además de todas las aportaciones que fue expresando el doctor Armando Santiago a lo largo de su exposición para mejorar la enseñanza de la Geografía, también acuñó otros  aspectos que se deben de tomar en cuenta para reorientar la labor educativa, como por ejemplo:

1.      

Promover actividades participativas, reflexivas y críticas entre los estudiantes. Reconocer que el docente no es la única fuente de conocimiento.

2.      

Necesidad de dar un salto epistemológico para contribuir a elaborar el conocimiento, dejar de repetir solo el conocimiento del libro, emitir desde nuestra experiencia información útil para la elaboración de conocimiento nuevo, integración escuela + comunidad.

3.      

La enseñanza debe apuntalar los puntos de vista personales sobre el mundo, la realidad y la vida.

4.      

La enseñanza debe leer la realidad como una totalidad en permanente cambio y transformación y asumir explicaciones sobre esa realidad.

5.      

La enseñanza debe asumir como objeto de estudio situaciones de la realidad vivida.

En este caso se debe de tomar en cuenta el contexto sociocultural: una opción que se puede considerar factible es que entre la relación docente-alumno se tome en cuenta las experiencias o realidad de la comunidad para integrar en el programa  con los temas de actualidad (diálogo de la comunidad), vinculado con un tema (problema), ello permite leer interpretativamente la realidad vivida.

6.      

Una contribución de la enseñanza de la geografía es la de reivindicar el pensamiento

cotidiano, el cual era considerado “vulgar” por la ciencia positiva. La Enseñanza de la Geografía  debe de tomar en cuenta  las creencias o mentalidades del ciudadano común, las vivencias del lugar, los espacios de vida cotidianos como lugar de desempeño colectivo, ahora “empieza a reivindicarse la vivencia del lugar”. Es allí cuando tiene lugar la emergencia de la subjetividad analítica, dialéctica y crítica para interpretar los temas cotidianos.

Finalmente, en el resumen de las principales ideas presentadas por el profesor Santiago para mejorar la enseñanza de la Geografía sugirió volver la mirada hacia otras formas de conocer, tomar en cuenta la vida cotidiana –aportes de la ciencia + conocimiento de la realidad-, ver el acto educativo desde la ciencia cualitativa que permite mostrar un rostro diferente al apreciado por la ciencia positivista, tomar en cuenta la complejidad del momento histórico el cual requiere de una explicación coherente de su propio desenvolvimiento.

Todo lo anterior puede enriquecerse  con el uso de redes, blogs, experiencias de la comunidad para abordar una realidad compleja “a partir del ámbito del caos, de la crisis del momento, no con sujetos pasivos ni desideologizados”.

Asimismo, afirmó “la enseñanza de la geografía vive un momento importante desde la década de los 80 con alfabetización masiva, con complejidades en el terreno de lo ambiental, lo ecológico, lo social y las diferentes culturas que viven en el mundo de la globalización”.

Esta conferencia formó parte de las actividades organizadas por la Biblioteca "Luis Beltrán Prieto Figueroa" de la ULA Táchira, organizadas por su Directora, la licenciada Ada Marina  Nava y  el destacado equipo humano que la acompaña para celebrar la Seman del Libro , durante la cual hubo conferencias, intercambio de libros, exposición de textos de poesía, actos culturales y donaciones de libros y colecciones a la Biblioteca. Las conferencias han sido grabada por el Licenciado Néstor  Jaimes, responsable de la Sala Alma Mater, creada por  la OPSU,  para ser colocadas en las redes sociales, además de añadir contenido con alto valor académico a las bases de datos de la biblioteca.

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El profesor José Armando Santiago Rivera es doctor en Ciencias de la Educación,  profesor titular de la Universidad de Los Andes, ha sido coordinador del Centro de Investigaciones Geodidácticas de Venezuela, Núcleo Táchira, entre otros grupos de investigación, coordinador de la comisión curricular que creó la Maestría en Educación, mención Enseñanza de la Geografía y su coordinador, profesor invitado en varias universidades del país y del exterior, recibió el Premio de Productividad Académica 2010 otorgado por el Núcleo de los Consejos de Desarrollo Científico y Humanístico (CDCHTs) y sus equivalentes en el país,  entre otros muchos méritos, y  ejerce la línea de investigación en torno a “La Enseñanza de la geografía en el trabajo escolar cotidiano y la Geohistoria  como enfoque geodidáctico.

 

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