"El conocimiento es una construcción social": profesor Angel Ceballos van Grieken

En los últimos tiempos los Editores de Revistas Científicas de la ULA han mostrado preocupación por la diatriba académica que se presenta con las publicaciones periódicas universitarias y el uso del acceso abierto. Existe un documento de base, dado a conocer a los Editores de publicaciones periódicas y ahora de conocimiento público, escrito por la Dra. Astrid Uzcátegui,  Coordinadora General de la Unidad de Gestión de Intangibles de la Universidad de Los Andes (UGIULA), por encargo del Equipo Rectoral de la ULA, que abre un debate académico, de los más importantes que se puedan haber dado en nuestra universidad. Se trata de definir si se continúa o no con la política de acceso abierto (“Open Access”) a las publicaciones científicas de la ULA, lo cual se hace inicialmente desde nuestro repositorio institucional SABER ULA, ubicado en el cuarto lugar entre los repositorios institucionales universitarios de América Latina.

Dado que el documento de UGIULA plantea la necesidad de que las altas instancias de gobierno universitario tomen decisiones sobre la política de acceso abierto que hasta ahora se ha seguido con la producción académica de la ULA, desde el CDCHTA hemos decidido abrir un espacio para que opinen los Editores de Revistas Científicas, y en general todos los interesados en el tema de debate.

En esta oportunidad les presentamos la opinión del profesor Angel Ceballos van Grieken, Coordinador de Investigación de la Coordinación General de Estudios Interactivos a Distancia (CEIDIS):

"Hola, primero que nada quiero saludar a toda la comunidad universitaria y felicitarlos por iniciar este debate tan necesario, pero debo confesar, lo creí superado a estas alturas del juego. Lo primero que debemos aclarar es que "libre acceso al conocimiento" es muy distinto a "acceso al conocimiento libre", hay que partir de la idea que no todo conocimiento es libre, por ejemplo: los datos que una institución médica tiene de un paciente y cuya divulgación puede comprometer un conjunto de relaciones sociales de dicha persona hay que considerarlo como conocimiento no libre. Como contraparte a lo antes mencionado, tenemos un conocimiento que si es libre, tal como los generados por instituciones públicas o que reciban financiamiento y apoyo por parte del Estado venezolano, es decir, el proceso de investigación y todo lo que conlleva es pagado a través de los impuestos que realiza cada persona o institución, sin embargo, se presenta otro reto aparte de si debe ser libre o no, y es que si ese financiamiento que se otorga a una investigación para generar conocimiento; tiene aplicabilidad local para sanar problemas que presente esa sociedad o no, y simplemente está sirviendo como materia prima para otras sociedades y economías que darán provecho a ese conocimiento generado y en el cual no han invertido capital alguno... ya llegará el momento de iniciar ese debate, por lo que no me expondré a desviarme del tema. Creo ya queda claro que "conocimiento libre" no es igual a "libre conocimiento".


Continuando con la temática todo conocimiento necesita una referencia o bien unos cimientos establecidos previamente generados por personas diferentes, sin estos cimientos no es posible generar nuevos conocimientos, entonces viene la pregunta ¿Si he tenido acceso libre a los cimientos... por qué la estructura que de allí surge debe ser de acceso limitado?, tomando en cuenta los orígenes de la universidad (para aderezar un poco el asunto) ¿concuerda éste con algún intento de convertir al conocimiento en una mercancía que se compra y se vende y que solo aquellos que puedan pagarlo podrán tener acceso al mismo?, esto sería reforzar las estructuras de dominación, esclavitud y colonialismo del conocimiento que siguen generando relaciones sociales nefastas, es decir, el grupo dominante "los que conocen (tienen conocimiento)" y el grupo dominado "los que no conocen (no tienen conocimiento ni acceso al mismo)". No es casual que desde algunas estructuras internacionales "académicas" se impulse la visión mercantilista del conocimiento.

El conocimiento es una construcción social, por lo tanto, la sociedad debe poder acceder al mismo, siempre y cuando no comprometa los datos de personas o la seguridad de comunidades y poblaciones. La Universidad no solamente debe generar conocimiento sino que debe convertirse en un espacio que permita la apropiación social de dicho conocimiento, lograr unir los eslabones: generación, difusión y apropiación social del conocimiento es el gran reto que enfrenta la Universidad para poder sobrevivir a los tiempos presentes y a las tendencias actuales y no desaparecer en el conservadurismo que muchas veces la caracteriza. La creatividad, la inteligencia y el conocimiento no son más que nuevas creaciones a partir de la conjunción de experiencias y cimientos cognitivos adquiridos a lo largo de un proceso, recordemos el famoso sueño de Kekulé... luego imaginemos a una serie de normativas legales y personas reclamando respecto al haber usado la figura del uroboro como inspiración para resolver la estructura de anillo del benceno, pareciera exagerado, ya es sabido que la realidad supera muchas veces a la ficción.

La instituciones se deben a una sociedad que las conforma y hacen vida en ellas, por lo tanto, la Universidad debe ser una comunidad que haga lo que profese y profese lo que haga, me atrevo a asegurar que una gran mayoría de personas (por no decir todos, incluyendo a los más férreos defensores de la propiedad intelectual) ha tenido una copia de software, película, canción o receta culinaria para beneficio propio, bien sea una imagen o idea para adornar un cuarto, audio para animar una fiesta o material para realizar alguna actividad académica para sus hijos y sin pagar los respectivos derechos reservados o gestionar la permisología correspondiente, quizás los casos planteados puedan parecer simples, pero la coherencia entre decir y hacer es uno de los aspectos a rescatar en nuestra sociedad actual.

Está de más indicar que no debemos confundir el acceso al conocimiento libre con la vulneración de derechos de los autores, creadores, innovadores y productores de materiales académicos en este caso. Las posiciones extremas en defensa de la restricción al acceso al conocimiento alegan estas vulnerabilidades, cosa que es totalmente falsa y lejos de la filosofía del conocimiento libre.

Resulta muy incómodo, cuando en nuestros procesos de recolectar bibliografía y literatura correspondiente a nuestros campos de investigación, nos encontramos con páginas y repositorios que nos indican el pagar una cantidad de dinero para poder acceder a lo allí publicado, aunado a esto, tenemos el problema del acceso a divisas, lo cual dificulta el proceso y lo hace casi imposible. Es donde nos toca a los profesores e investigadores adoptar posturas de consonancia con la profesión y radicales, de allí que personalmente tomé la decisión de nunca publicar en revistas que me pidan ceder mis derechos de autor o que cobren por tener acceso al artículo.

Por mi parte, seguiré contribuyendo con iniciativas como el taller que dicto en el CEIDIS: "Licenciamiento libre con Creative Commons" e invito a la comunidad universitaria interesada en proteger sus producciones académicas con esta herramienta y que no afecta para nada su derecho a ser reconocido como autor e incluso su derecho de permitir obras derivadas de su trabajo o permitir el enriquecimiento o no del producto de su obra, acciones protegidas legalmente dentro del marco jurídico venezolano.