Discurso del profesor Juan Manuel Fernández en el homenaje a los periodistas en su día

El profesor Juan Manuel Fernández, docente de la Escuela de Medios Audiovisuales de la Universidad de Los Andes, tuvo una participación en el acto del Día del Periodista efectuado en los alrededores del canal ULA TV, donde brindó un discurso para los comunicadores y público en general por tan memorable fecha. A continuación sus palabras en las siguientes líneas:

Debo empezar estas palabras con un homenaje póstumo a nuestros jóvenes desaparecidos en los días de lucha y nacimiento de la patria adolorida por la represión y la muerte.

Hoy, en este momento, nuestro tributo a sus memorias porque ellos fueron y serán héroes de ánimo y avance para alcanzar muy pronto la lucidez de la justicia y la libertad plena de la Patria.

Hoy es el Día del Periodista, la actividad que se hizo profesión cuando, a mediados del siglo XIX, se estructura la empresa periodística y el periodismo deja de ser una actividad de escritores, políticos y  aficionados, para adquirir las características de profesión formal, así es como lo refiere la distinguida profesora Olga Dragnic, docente de la Escuela de Comunicación Social de la muy ilustre Universidad Central de Venezuela.

Hoy sin lugar a dudas, el ser periodista, es un quehacer de alto riesgo en la Venezuela sometida, en la Venezuela perseguida y en la Venezuela censurada.

Y he aquí entonces nuestro reto: ¿cuál es nuestra labor? ¿qué hacer? Simplemente cumplir con nuestro deber, informar objetivamente, vale decir que sólo nos limite la ética y el apego a la norma léxica y gramatical sobre la base de la libertad de expresión, como derecho humano.

Por cierto, debe señalarse que tal condición es tan intrínseca al hombre libre como su misma razón de ser, no una dádiva de gobiernos o una gracia que el gobernante de turno otorga al ciudadano, como pareciera que lo concibe el régimen actual.

El derecho a la Libertad de Expresión, en un todo de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas, consagra que “Nadie podrá ser molestado a causa de sus opiniones. Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión, derecho que comprende -y óigase bien- el de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de toda índole, sin consideración de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o en forma impresa o artística o por cualquier otro procedimiento de su elección. Nuestra vigente Constitución garantiza ese derecho, muy claramente en su artículo 57”.

No obstante, cuál es la realidad nuestra, desde aquel malhadado momento en que el régimen del presidente Hugo Chávez canceló la concesión a Radio Caracas Televisión, después de transmitir durante más de medio siglo, en el año 2007: el sentir que se ha ido perdiendo el derecho a practicar y gozar de la libertad de expresión, que como antes lo señalamos, establece la Constitución en su artículo 57, en concordancia con la tradición consagrada en todas las constituciones democráticas, desde que la Primera Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789 estableció el principio de la libertad de expresión.

Debo decir, además, que a partir de entonces ha sido práctica reiterada del régimen no dar respuesta oportuna a las solicitudes de renovación de las concesiones para operar estaciones de radio y TV y así chantajearlas con la amenaza de no renovar tales habilitaciones, si éstas critican al régimen o a sus funcionarios de turno; además de ejercer presiones económicas, de insumos y materiales para que tanto los medios impresos como los sonoros y audiovisuales se impongan autocensuras so pena de negárseles papel en los casos de los diarios y revistas y publicidad o propaganda en los casos de la radio y la televisión.

A esta cadena de atropellos, sumamos por igual la constante negación para que nosotros los periodistas tengamos acceso a las fuentes gubernamentales u oficiales de la noticia y a la ejecución de actos con los que se vulnera la integridad física del comunicador social, por el sólo hecho de ejercer su profesión apegado a la libertad de expresión y al desempeño  libre de su oficio como derecho conquistado a lo largo de muchos años. 

Los casos más recientes apuntan al cierre de emisoras en los estados Falcón, Cojedes, Yaracuy, Lara, Bolívar y Barinas, con el agravante de que la medida del régimen incluye la confiscación de los equipos.

El pasado 15 de junio de 2017, la mordaza le tocó a ULA TV, la planta televisora de la Universidad de Los Andes, la estación audiovisual que por unos cuantos años, junto a 107.7 ULA FM, ha sido taller, escuela y cátedra para los estudiantes de televisión de la Escuela de Medios Audiovisuales, los estudiantes pasantes de comunicación social de nuestra institución y de otras universidades, los hacedores y productores audiovisuales en general, tanto de Mérida como de otras regiones del país.

ULA TV tiene, no, digo, tenía, el noticiero referencia para buena parte de la población de nuestra serrana ciudad, un espacio de demostrada imparcialidad, por su autonomía y compromiso con la verdad. Un espacio sin confesionalidades y acomodos, todo ello, seguramente incomodó al régimen, tanto a escala regional como nacional, e hizo que el hostigamiento y la intimidación hicieran acto de presencia en la clausura y confiscación de equipos de ULA TV y que la libertad de expresión volviera a ser una mera declaración, un concepto que obviamente no garantiza hoy el régimen dictatorial de Venezuela.

Merideños que nos acompañan hoy, en esta mañana del 27 de junio de 2017, Día del Periodista, queremos decirles que tenemos un compromiso, que tenemos una visión, que la razón principal para definir la realidad como productores de información y conocimiento es que el periodismo, en tiempos de dictadura, no puede ser socio ni alcahuete de sus tiranos, porque serlo, además de negar los pilares de nuestra profesión nos convertiría en portadores necesarios del horror.