El paro nacional de universidades es apenas un componente de la tragedia humanitaria en Venezuela

Venezuela vuelve a experimentar, desde los cimientos de la universidad autónoma,  libre,  plural, democrática y popular, una nueva manifestación de rechazo a las políticas salariales distorsionadas y depreciadas por parte del Gobierno Nacional a través del Ministerio del Poder Populara para la Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología.

En ese sentido el Paro Nacional, convocado por la Federación de Asociaciones de Profesores Universitarios de Venezuela (Fapuv), y al cual se plegaron la mayoría de los gremios de trabajadores universitarios, salvo los afectos al gobierno, constituye apenas un elemento más para denunciar y protestar por el estado de calamidad y crisis humanitaria que, junto al resto de los venezolano, experimentan los universitarios.

En sus sedes de Mérida, Táchira y Trujillo, la Universidad de Los Andes se sumó a esta manifestación de malestar nacional mediante actividades  de concentración en varios puntos de la región para expresar,  a través de mecanismos de acercamiento a los ciudadanos, las razones de la protesta.

Las voces desde Mérida se hicieron sentir como reconocimiento a una crisis que urge por salidas que no son precisamente las electorales de este 20 de mayo de 2018. La dimensión humana emerge con un sentido crítico y propositivo.

Los salarios más bajos del mundo

Para Mayda Hocevar, coordinadora del Observatorio de Derechos Humanos de la ULA, la protesta que hoy realizan los universitarios está enmarcada dentro de la grave crisis humanitaria que padece Venezuela y, por ende, el conocimiento. 

Los universitarios están sumisos en una cruda realidad la cual ha promovido una diáspora sin dimensiones que socava la calidad de la educación universitaria en Venezuela.

Los salarios de los universitarios venezolanos son los más bajos del mundo y están lejos de proveer, a los trabajadores, de lo mínimo indispensable para su alimentación, salud y la de su núcleo familiar.

La hiperinflación ha pulverizado los seguros de los universitarios, en consecuencia, no tienen acceso a la salud, grave situación que impide que los profesores estén en condiciones físicas y psicológicas idóneas para impartir el conocimiento.

Las trayectorias académicas de los profesores de la ULA son reconocidas nacional o internacionalmente, pero el estado crítico en el que viven, sin alimentación balanceada y con una salud precaria tanto para ellos, como para algún miembro de su núcleo familiar, los obliga a migrar o buscar otros ingresos en áreas que no son propias de la docencia, originando esto un desgaste y agotamiento constante.

En esas mismas condiciones se encuentran los demás miembros de la comunidad universitaria, administrativos, técnicos y obreros, quienes hoy día padecen penurias hasta para transportarse a sus sitios de trabajo, llevar la comida a sus hogares y satisfacer las necesidades propias y de su entorno.

No más discriminación

El profesor Juan Carlos Rivero considera que el  paro convocado por la Fapuv en el ámbito nacional se realiza en demanda a que no se siga discriminando al sector universitario por parte del Ejecutivo nacional y se garantice el aumento ofrecido del 55 por ciento al sector universitario en el mes de abril y luego el incremento general otorgado a todos los trabajadores  del país. El impacto que ha tenido la pérdida del salario real de los universitarios ocasiona la expulsión y la fuga de cerebros más importante que haya vivido el país en momento histórico alguno. La falta de acceso a la canasta básica y a un nivel de vida decente, conforme a los méritos alcanzados en la carrera académica, constituye la razón principal de la diáspora de talentos en nuestras universidades. Este paro es el inicio de un proceso de lucha ascendente que iniciaremos los universitarios por un cambio político en el país.

Cada rincón ulandino

Los gremios del Núcleo Universitario "Valle del Mocotíes"  en Tovar, también se sumaron al paro convocado para este miércoles 9 de mayo. El decano de esa dependencia, profesor José Rafael Prado, dijo que el país se encuentra sumergido en una profunda crisis que afecta a toda la nación y en especial a los universitarios. La hiperinflación y caída de los ingresos propios atentan contra la familia universitaria y el país, es por ello, que el Núcleo de Tovar se activó en contra de las erradas medidas del gobierno, pues estas inciden día a día en el deterioro progresivo de la vida del venezolano y en especial la del ulandino.

Manifestó que la educación superior atraviesa una de las peores crisis de su historia moderna. “Así que nos unimos a la defensa del país y en especial la Universidad de Los Andes, por una mejor calidad de vida, pues está crisis generalizada que azota al país, y en general a los universitarios, hace mella  en el futuro del universitario y  del ciudadano venezolano en general”.

Una reacción evidente

Por su parte la diputada Gina Rodríguez, cree que la situación venezolana va cada día en declive y de manera acelerada. Esta genera, como consecuencia, no solo el gran malestar de la sociedad sino que se refleja en la comunidad  universitaria, pues el Gobierno Nacional no le asigna al sector de educación superior los recursos necesarios para su operatividad y mantenimiento.

El tema de los paros es una cultura anual, es una reacción del sector profesoral, de los trabajadores y hasta estudiantil de la educación superior, dado que se suscriben pactos que no se cumplen. No obstante, la solución no pasa por estar en paro o levantarlo, es algo mucho más transversal. 

Es bien sabido que hay un pueblo que estudia en condiciones casi infrahumanas, estudiantes que asisten sin comer a sus aulas de clase, solo con la convicción de formarse y creer en un mejor país.

Las luchas por mejorar la formación y lograr las reivindicaciones del sector profesoral y trabajador pasan por agrupar e integrar las acciones hacía una misma dirección sin desenfocar los más vulnerables, los estudiantes.

Esta lucha se debe orientar para la obtención del objetivo, sin pérdidas aleatorias académicas para los estudiantes, ni beneficios individuales.

Es necesaria la cohesión, bajo la conciencia universitaria y venezolana entendiendo que las luchas deben ir dirigidas al responsable nacional involucrando todos los sectores universitarios.

Un llamado a despertar de nuevo

La clase trabajadora venezolana ha sido sometida a un proceso de empobrecimiento sistemático, proceso que se ha acelerado en los últimos años, cuando se ha planteado enfrentar el proceso de hiperinflación con incrementos salariales que simplemente constituyen un acelerador del fenómeno que se quiere combatir.

El exrector de la ULA,  Genry Vargas, expresó que los trabajadores universitarios se unen para realizar una jornada de protesta con el fin de  llamar la atención de la comunidad venezolana sobre una situación insostenible, que amenaza con producir el colapso del sistema educativo nacional, que constituye la única alternativa para superar las severas dificultades que confronta la sociedad venezolana.

“Es lamentable que otras sociedades se encuentren disfrutando los resultados de la inversión en educación que durante décadas realizó nuestro país y que por falta de condiciones mínimas para el desarrollo personal vive el venezolano”.

La denuncia no debe circunscribirse sólo a las conquistas salariales y condiciones socioeconómicas del personal sino que debe abarcar el tratamiento inaceptable que nuestras casas de estudio reciben por su capacidad de denuncia.

Por todo ello, la dirigencia de los trabajadores universitarios está obligada a unir esfuerzos con las autoridades, egresados y ciudadanía en general para desarrollar una estrategia de impacto que incorpore a toda la sociedad para pedir un trato digno para la Universidad Venezolana, y en particular  para la ULA, que constituye históricamente el proyecto más importante y ambicioso de la sociedad merideña para convertirse en vanguardia y enfrentar, con argumentos sólidos y efectivos, los errores cometidos y encauzar nuevamente al país por la senda del crecimiento y el desarrollo.

La protesta

En el caso de la ciudad de Mérida, una agrupación representativa tomó la plaza Bolívar para expresar su descontento y las convicciones de reavivar la unidad ciudadana frente a la catástrofe que se avecina. Las programaciones de protesta tendrán continuidad, porque el universitario es además un ciudadano activo que propende los cambios urgentes en Venezuela con el grito de "Abajo cadenas...".

 

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