ULA se pronuncia ante exigua asignación presupuestaria

Ciudadano:

Prof. Mario Bonucci Rossini 

Rector y demás miembros del 

Consejo Universitario

Respetados miembros del Consejo Universitario.

Reciban un cordial saludo. El presente informe tiene como objetivo atender el mandato del Consejo Universitario, CU-1820/18, en la sesión del pasado lunes 6 de agosto del año en curso, donde se conoció de un crédito adicional enviado por el MPPEUCT, el cual se torna ridículo para afrontar la situación actual de colapso que vive la Universidad y la posibilidad de atacar algunos problemas internos y de funcionamiento que aquejan la vida en Nuestra Casa de Estudios.

Sin más a que hacer referencia, quedan de ustedes.

Atentamente,

Prof. Manuel Aranguren

Vicerrector Administrativo

Prof. Carlos Muñoz

Representante Profesoral

Prof. Nelson Viloria A

Decano de la Facultad de Ciencias

Ldo. Nelson Espinoza

Director de Medios ULA

PRONUNCIAMIENTO

El exiguo financiamiento a la Educación Universitaria por parte del MPPEUCT ha conducido a la actual situación de colapso, limitando las condiciones para el desarrollo y funcionamiento en la formación del pregrado, las actividades de postgrado y de investigación, así como las de extensión.

El accionar del Ejecutivo ha evidenciado una política deliberada destinada a desenfocar el quehacer universitario. Elementos como restricciones presupuestarias, impedimentos legales para la ejecución del presupuesto y normas que menoscaban la Autonomía Universitaria se han constituido en amenazas permanentes. 

En estas circunstancias impuestas, ha sido imposible ejecutar políticas que permitan seguir ofreciendo oportunidades idóneas para la formación académica a los jóvenes, generando además una gran cantidad de renuncias de profesores, activos y jubilados activos, así como de empleados de todo nivel, frente a las miserables remuneraciones, destrozando así las labores de docencia, investigación y postgrado. 

La calidad de vida estudiantil también se ha visto sumergida en la miseria: los servicios prestados han mermado de manera vertiginosa, algunos de ellos de vital importancia para la subsistencia, como el comedor universitario, padecen fallas e insuficiencias inaceptables, situación que se repite con el transporte, la atención médica y las becas, las cuales no cubren ni siquiera el pago del transporte público. Las residencias estudiantiles se han ido acabando y las bibliotecas se han desactualizado. 

Los servicios básicos fallan permanentemente lo que interrumpe el desarrollo de las actividades académicas, a lo que se le agrega  la pésima conectividad en el ambiente universitario, perturbando procesos administrativos, académicos y de investigación.

Los postgrados no escapan a esta situación alarmante. La no reposición de equipos de investigación (desde equipos especializados hasta vehículos para las salidas de campo, así como computadores y falta de actualización de revistas de investigación) incide en las líneas de investigación que nutren los postgrados. Además, resulta grave la ausencia de estudiantes por falta de becas que respalden la realización de estudios de cuarto nivel. 

En el pasado, los montos de los proyectos de investigación aportaban recursos suficientes para reponer equipos de investigación o su mantenimiento, hoy apenas alcanzan para algunas hojas de papel. Todo esto ha redundado en una caída vertiginosa de la producción científica.

La Universidad ha sufrido catastrófico deterioro del sistema eléctrico, de iluminación y fibra óptica, una vez que se han producido importantes hurtos y robos que han reducido los servicios, sin que existan recursos para la inversión en estas áreas.

En este triste, sombrío y desolador panorama, recibimos para gastos de funcionamiento un crédito adicional de Bs. 7,7 millardos, el cual resulta a todas luces ridículo y humillante, si lo comparamos con los Bs. 93 millardos recibidos por los gremios del personal ATO (para actividades recreativas) o con el monto estimado (para gastos de funcionamiento) en el anteproyecto de presupuesto del año próximo de Bs. 189 billones. 

No podemos dejar de resaltar que la ULA recibió recursos para gastos de funcionamiento del 2018, solamente para los meses de enero y febrero, los cuales llegaron en el mes de marzo, acción que deja en evidencia un sistemático acorralamiento financiero, para torcerle el brazo al sector universitario, o se trata de un desprecio vergonzoso al sector universitario. En definitiva, se niega a la juventud el derecho a una formación de calidad, así como la posibilidad de desarrollarse en un país cuya soberanía descanse en el conocimiento científico.

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