Orden Sol Naciente de Japón brilla para dos ulandinos

La orden del Sol Naciente Rayos Dorados con Roseta, es la máxima distinción que el emperador japonés Naruhito, confiere a ciudadanos nacionales y extranjeros  por su contribución al intercambio académico y la difusión de la cultura nipona.

Esta distinción, le será conferida  este año a dos ulandinos. Se trata de los profesores Ednodio Quintero y Hernán Lucena.

Esta distinción brilla para ambos ulandinos, dada la destacada trayectoria en el interés literario e institucional, respectivamente, por dar a conocer a Japón en lengua española y su razón de ser como nación.

¿Cómo fueron los inicios y el interés en esta área del conocimiento?

El ulandino Ednodio Quintero, novelista y ensayista venezolano, recuerda que el cine fue su primer acercamiento al mundo japonés.

"En mis días de estudiante de bachillerato en Boconó vi la película "Cuatro confesiones" un remake de Rashomon, el famoso film de Akira Kurosawa.  Más tarde vi "7 hombres y un destino".

En Mérida estudiando en la universidad, comienza a ver películas originales en el teatro universitario.

Relata este trujillano nacido en Las Mesitas, que continuó conociendo más con la literatura de destacados autores japoneses como Junichiro Tarisaki.

 

Sobre su aprendizaje del idioma japonés, uno de los más difíciles del mundo, con toda la humildad dice que se defiende con lo básico, el de calle.

Entiende que alcanzar el dominio requiere de muchísimos  años, incluso  es difícil para los nativos en áreas especializadas.

Quintero se atreve a llamar al idioma "la muralla japonesa" al hacer una comparación con la muralla  china.

Su conocimiento  de la literatura japonesa ha sido a través de traducciones al español, al inglés o el francés.    

¿Cuáles son las principales satisfacciones que le ha brindado transitar el camino de la cultura japonesa?

"Me ha hecho mejor persona" refiere con satisfacción.

El cine, las artes plásticas, culinaria, costumbres, entre otras, constituyen una de las experiencias más grandes de su vida, comenta, al recordar con  nostalgia los dos años que vivió en Tokio.

La visión del mundo, el respeto por la vida humana y la naturaleza, la puntualidad, lo refinado de su cultura, son algunas de las características de los japoneses que le impactaron y que están inmersas en su literatura.

Le impresiona ver en el mes de octubre como los nipones auténticos tienen como deporte favorito organizar excursiones para contemplar la luna llena en todo su esplendor, algo inconcebible para los occidentales.

Destaca Ednodio Quintero que aunque parezca extraño, los japoneses enfrentan la vida con mucha alegría y son eminentemente prácticos.

Comenta que los fines de semana visitaba un parque majestuoso en el que veía a la gente contenta, riendo mucho ya la salida del trabajo observaba a miles de personas vestidos igual y muertos de cansancio que compensan los fines de semana.

¿Qué le ha significado saber que es acreedor de la orden del Sol Naciente Rayos  Dorados con Roseta?

"Esa es la pregunta más fácil de responder para mí. Me siento profundamente agradecido con el emperador de Japón y con todas las personas que hicieron posible este reconocimiento”.  

Ednodio refiere sentirse orgulloso y contento, porque sin duda alguna es la distinción más importante que he recibido en su ya, larga vida.

38 años dedicados a Japón

Lo que se vive en la infancia contribuye a marcar el sendero del resto de la vida.

Hernán Lucena, otro ulandino comprometido, recuerda sus años de infancia y las visitas a sus familiares en el estado Anzoátegui.

Justo en la bahía del Chaure, en Puerto La Cruz,  atracaban los grandes buques petroleros que   le acercaron a Japón a través de sus marineros.

Esto, fue posible a su tío René Lucena, un alto ejecutivo de la industria petrolera quien le conversaba sobre el intercambio cultural con ese país.

Luego se mudó con su familia a Valencia, Estado Carabobo, donde tuvo contacto con la diáspora japonesa tanto en sus años de primaria y secundaria.

Forjó interés por escuchar programas  japoneses  a través de la radio y leer sobre historia y literatura en los textos de la biblioteca de sus padres.

Luego en la Universidad de Carabobo toma una materia electiva sobre historia japonesa.

En sus estudios de la maestría sobre África  y Asia, en la Universidad Central de Venezuela, obtuvo una formación global sobre la nación del sol naciente.

Como catedrático de la Universidad de Los Andes y al frente del Centro de Estudios de África y Asia, tuvo la oportunidad soñada con el apoyo de la Embajada de visitar Japón.

Recuerda que fueron 15 días junto a su hijo Kavi en la primavera del 2009 durante el mes de marzo.

Fue un tiempo para desarrollar  una actividad intensa tanto en lo académico coma cultural en Tokio y otras ciudades.

Este viaje se consolida finalmente, por invitación reiterada de parte de Hideo Kawamoto, quien fuera agregado cultural, pero que había apartado de su agenda, dado sus múltiples compromisos en la ULA.

¿Qué admira de Japón?
La respuesta fue extensa pero sin desperdicio "El compromiso   arduo de su pueblo en luchar por el desarrollo”.

Aprecia que esta lucha no es solo por la nación nipona, sino por honrar el espíritu de sus ancestros.

Esta una actitud de vida que genera un fuerte  principio de lucha  y nacionalismo, de ética y moral.

Lucena destaca que es una visión que ha trascendido el tiempo y le ha dado al mundo un ejemplo de disciplina, educación e innovación en todos los niveles  de su vida.

“Esta perspectiva de nación ha generado resultados muy valorados en el proceso actual de la globalización y diálogos necesarios a incorporar y adaptar en cada realidad nacional"

Hernán Lucena también admira el pensamiento shintoísta que se aprecia en los ciudadanos de todos los niveles y su relación con la naturaleza y el respeto a sus antepasados.

Así también valora la tesis de la perfección de la sencillez, pues con evidentes limitaciones geográficas, escasez de recursos y fenómenos  naturales muy adversos, logran superación con un proceso continuo de adaptación.

Proceso que se manifiesta en sus arreglos florales, en la culinaria, en los cortos discursos de sus emperadores, en sus espacios, entre muchos otros.

No deja de resaltar las lecciones aprendidas de la postguerra que han dado las bases organizacionales del Japón próspero y moderno que conocemos.

Finalmente, Lucena muestra su aprendizaje nipón sobre lo que le representa la honra del conferimiento de la orden del Sol Naciente Rayos Dorados con Roseta

Destaca primero los gestos de las personas sobre esta distinción,  las grandes demostraciones de alegría y afecto que le han manifestado desde muchas partes del mundo y de Venezuela.

Es una lista muy extensa, son gestos de personas conocidas y no conocidas, así como instituciones.

Esta sorprendido por la manera como se expandió la noticia por las redes sociales, aunque él no utiliza ninguna, solo su correo electrónico.

También el agradecimiento está presente en el espíritu del profesor Lucena, quien hizo un detallado recuento de todo el extenso trabajo través del Centro de Estudios de África y Asia y las Semanas Culturales de Japón

Dedica con humildad este reconocimiento a todos quienes han partido y en vida admiraban la cultura japonesa en Latinoamérica y a quienes han fallecido por la Covid-19.

Decantamos de esta franca conversación una idea que también expresa Lucena sobre el legado japonés.

"El sentido de la temporalidad debe ir más allá del falso ego y de la acumulación por la acumulación”.

Es de una gran riqueza humana, trascender este plano con la comprensión de que la perfección de la temporalidad asimilada a la sencillez nos da  la paz a la hora de la partida.  NP/6549./Prensa ULA.

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