Deserción estudiantil ULA supera el 60 por ciento
De 44 mil estudiantes activos en el año 2012, ya en diciembre del 2021 se demarca una grave deserción estudiantil en la Universidad de los Andes al contabilizar que sólo quedaban 15 mil 162 estudiantes, lo que significa una pérdida de un 60 por ciento de la matrícula.
Una serie de conquistas para el sector estudiantil, que costaron años de sacrificio y sangre han sido suprimidas paulatinamente en Venezuela.
La eliminación de las providencias estudiantiles, del subsidio del pasaje, del servicio de comedor y de salud, aunado a una beca cuyo monto actual asciende a sólo 6 bolívares ha llevado penoso panorama.
Al respecto la Dirección de Planificación y Desarrollo (Plandes), de la Universidad de los Andes, presentó un informe el pasado 18 de abril ante el Consejo Universitario (CU) en el que mostró la data al cierre del año 2021.
2 mil más
El profesor Erick Muñoz, director de la Oficina de Admisión Estudiantil (OFAE), y quien lleva la data de la deserción estudiantil en la Universidad de los Andes, manifestó que en 10 años se perdió un aproximado de 30 mil estudiantes con una mayor incidencia en los últimos 5 años
Hasta el 31 de diciembre de 2021, fecha en que se realizó el informe, habían quedado activos 15 mil 285 estudiantes. La universidad ha realizado esfuerzos por mantener la matrícula estudiantil con las clases virtuales y semipresenciales, señaló Muñoz.
Sin embargo la matrícula sigue decreciendo pues al verificar la data nuevamente el pasado 16 de abril solo constató que sólo quedaban activos 13 mil 585 estudiantes.
Ello significa que se ha perdido un 10 por ciento de matrícula estudiantil durante los tres primeros meses de este año 2022, producto de la crisis económica.
Muy seguramente factores como la falta de comedor, de residencia, de subsidio del pasaje estudiantil, de seguridad social, influyen para que los estudiantes deserten de las aulas de clase.
Dijo Erick Muñoz que incluso si un estudiante decide trabajar y estudiar al mismo tiempo se le haría muy cuesta arriba continuar con sus estudios porque un salario mínimo no da ni para pagar una habitación./MP-Prensa ULA/Foto:Rossana Mosquera