La ciencia en emergencia: Perspectiva de la investigación científica en la ULA

Los recursos limitados en las universidades, incluso, para la labor de difusión de la actividad científica son sorteados gracias al uso de las nuevas tecnologías. Ansiosos de conocer las inquietudes de nuestros investigadores realizamos esta entrevista vía correo electrónico con el profesor Ricardo Contreras, Doctor en Química, Coordinador General del Postgrado Interdisciplinario en Química Aplicada (PIQA) – Facultad de Ciencias, Profesor del Departamento de Química y Miembro Correspondiente Estadal de la Academia de Mérida. 

Seguimos mostrando el panorama que se cierne sobre la investigación universitaria, ante el panorama de crisis financiera nacional.

 ¿Cuáles son a su juicio las perspectivas de la Investigación Universitaria para este año 2016? Su visión como coordinador de una unidad de investigación académica, investigador y profesor universitario.

 - El 2016 se presenta como un año muy complejo para la investigación científica, pues existen una serie de incertidumbres que abarcan, no solo el tema propiamente presupuestario, sino el financiamiento de proyectos de investigación que permitan la adquisición de equipamiento, materiales y reactivos. La ciencia en la actualidad, no solamente es altamente interdisciplinaria, sino que requiere de un importante apoyo de infraestructura tecnológica, es decir, que el binomio “ciencia y tecnología” (CyT) se juntó de tal manera que es más exacto hablar de “tecnociencia”. 

Profesor Ricardo Contreras, Doctor en Química, Coordinador General del Postgrado Interdisciplinario en Química Aplicada, Facultad de Ciencias ULA Foto: Sócrates Pérez

Las antiguas barreras entre ciencia básica y ciencia aplicada están desapareciendo, y hemos entrado en una etapa donde el conocimiento básico que se genera desde las denominadas “ciencias exactas”, está cada vez más imbricado con las aplicaciones tecnológicas, es decir, con la “ciencia aplicada”. Por esta razón, hacer investigación científica de calidad, con impacto y visibilidad, requiere de instrumentación y equipos adecuados, que son muy costosos, y que se deben adquirir irremediablemente con divisas. Entonces, se presenta un dilema para el investigador, no solo cómo acceder a proyectos de envergadura, sino cómo tener acceso a las divisas que se necesitan para comprar el equipo y, adicionalmente, disponer de los insumos para el mantenimiento de estos instrumentos, así como de los materiales y reactivos necesarios para desarrollar los experimentos. 

Haciendo un poco de historia, no podemos dejar de mencionar los proyectos BID-CONICIT que durante las décadas de 1970, 1980 y 1990, permitieron dotar a los laboratorios y grupos de investigación de la Universidad de Los Andes, y de las demás universidades autónomas y experimentales del país, con una importante plataforma tecnológica. Estos equipos cumplieron en su gran mayoría con creces los objetivos que se plantearon y permitieron, no solo generar nuevo conocimiento o resolver problemas en diversos ámbitos de la sociedad venezolana, sino que hicieron posible la formación de personal a nivel de pregrado y postgrado. Esto se puede corroborar fácilmente mediante estudios cienciométricos y con las estadísticas de los postgrados nacionales. Para este 2016, la mayoría de estos equipos del BID-CONICIT ya cumplieron su ciclo de vida útil, y entraron hace tiempo en un proceso de natural obsolescencia, que no hace viable ya su mantenimiento, sino que exige su sustitución. 

Desde la coordinación general del Postgrado Interdisciplinario en Química Aplicada (PIQA) de la Facultad de Ciencias, que ocupé entre 2008 y 2011, y que ahora estoy nuevamente ocupando, veo con preocupación esta situación, pues puedo comparar diversas realidades en el tiempo. Lo que observo es que la actual coyuntura coloca a muchos laboratorios en una situación difícil para mantener sus líneas de investigación y, por tanto, para recibir estudiantes en los programas de Especialización, Maestría y Doctorado. Una referencia aparte merece la diáspora universitaria, que contabiliza muchos profesores que por diversas vías han optado por salir del país, disminuyendo la posibilidad de contar con tutores y profesores de planta.

El Postgrado Interdisciplinario en Química Aplicada tiene una matrícula cercana al centenar de estudiantes, en su mayoría en el programa de doctorado, con una planta profesoral de aproximadamente cincuenta profesores, de la Facultad de Ciencias, Ingeniería y Farmacia y Bioanálisis de la ULA y de otras instituciones universitarias como UDO, LUZ e IVIC, además de aglutinar a más de una decena de laboratorios de investigación.

Es necesario resaltar que en ciencias existe un vínculo indisoluble entre la docencia y la investigación, que es apreciable en el pregrado, y especialmente fuerte en los estudios de posgrado. En el caso del pregrado, esto es especialmente cierto tomando en cuenta las carreras que tiene como requisito de egreso un “trabajo especial de grado”, que generalmente está enmarcado en líneas de investigación de grupos o laboratorios. Por su parte, en el postgrado, el tema no solo se circunscribe al trabajo especial de grado (Especialización y Maestría) o las “tesis doctorales”, sino que la formación del estudiante depende de las líneas de investigación (y por tanto de los proyectos), que son el espacio donde reciben buena parte de la formación académica. En consecuencia, pregrado y postgrado convergen en la investigación, y por lo tanto, si la posibilidad de desarrollar proyectos de investigación se ve mermada, se verá irremediablemente afectada la docencia de pregrado y especialmente la de postgrado.

 En la Unidad que usted coordina o forma parte. ¿Cuáles son las deficiencias más apremiantes?

 -Desde la coordinación general del Postgrado Interdisciplinario en Química Aplicada (PIQA) hemos realizado un diagnóstico de la situación de nuestra planta profesoral y de los laboratorios donde los estudiantes desarrollan su formación en los programas de Especialización, Maestría y Doctorado. Un análisis comparativo indica que entre 2011 y 2016 se experimentó una disminución del cincuenta por ciento de la matrícula y, por otro lado, las líneas de investigación se han visto gravemente afectadas. Por ejemplo, el espectrómetro de resonancia magnética nuclear venía experimentando problemas intermitentes, por dificultades en la adquisición de repuestos y suministro de helio y nitrógeno líquido; en 2014 experimentó una falla mayor, y no ha sido posible contar con los recursos necesarios para recuperar su funcionamiento. Por otro lado, nos vimos en la necesidad de desincorporar por obsolescencia el espectrómetro de masas. Este equipo prestó servicios por cerca de treinta años y desde el 2005 se hizo imposible encontrar los repuestos y suministros, no solo por falta de recursos y divisas, sino porque se dejaron de producir en virtud de que ese modelo se encontraba obsoleto. Es menester señalar que el encargado de dicho espectrómetro de masas introdujo sucesivamente, desde el 2007, una docena de proyectos de sustitución de dicho instrumento por ante FONACIT, OPSU y los ministerios de Educación Superior y Ciencia y Tecnología, pero no hubo respuesta efectiva. Estos dos equipos mayores requieren de un apoyo particular, pues ellos prestan servicio a todos los laboratorios de investigación de la ULA y otras instituciones a nivel regional, nacional e incluso en convenios internacionales. Por otro lado, muchos otros instrumentos (espectrofotómetros de infrarrojo, ultravioleta y visible, microscopios electrónicos, horno de grafito, entre otros) adscritos a muchos laboratorios de la Facultad de Ciencias, Farmacia y Bioanálisis o Ingeniería, requiere de apoyo para su mantenimiento o repotenciación.

 ¿Como investigador, qué le pediría a la Asamblea Nacional y al propio Consejo Universitario, en materia de fortalecimiento y apoyo a la investigación?

 -La Asamblea Nacional juega un papel preponderante en la consecución de las políticas científicas nacionales y su Comisión de Ciencia, Tecnología e Innovación puede servir de catalizador a fin de propiciar el diálogo con todos los actores en el área de la investigación científica. Es necesario realizar reformas a la legislación relacionada con el tema de la ciencia y la tecnología y, adicionalmente, crear mecanismos que permitan, tanto a las universidades como a los institutos de investigación científica, tener acceso a las divisas que se requieren para adquirir directamente con proveedores internaciones los materiales, suministros y, especialmente los equipos e instrumentos. Reconocemos que ya el Consejo Universitarios ha abordado el tema y se han nombrado comisiones de trabajo sobre esta materia, que persiguen elevar los requerimientos en materia de ciencia y tecnología hasta la Asamblea Nacional.

¿La LOCTI podría ser una vía para que las unidades de investigación puedan disponer de recursos y continuar con su labor? Y ¿Qué reformas plantearía a la LOCTI y su reglamento?

 -La Ley de Ciencia, Tecnología e Innovación reformada en 2010 requiere una revisión de sus misión y visión, a fin de que los recursos recaudados puedan llegar directamente a los grupos y laboratorios de investigación y a otras instituciones como los Consejo de Desarrollo (CDCHT´s), las Academias Nacionales y Regionales o los Fundacites, que pueden apoyar directamente en la regiones los proyectos de investigación y fortalecer el sector. Por otro lado, la ley debe incorporar recursos especiales para el fortalecimiento de la infraestructura científica (instrumentos y equipos), para lo cual debe contemplar mecanismos y convenios que permitan adquirir directamente las divisas que se requieren para la adquisición de los insumos en el mercado internacional. Finalmente, y entre otras observaciones se puede contabilizar que la versión de la Ley de Ciencia, Tecnología e Innovación del 2010 tiene, frente a las versiones de 2001 y 2005, algunos problemas fundamentales, por ejemplo, en lo que respecta a las funciones que FONACIT debe atender para cumplir con su misión prioritaria.

¿Como investigador considera apreciada y reconocida su labor de investigación? 

Las Unidades de Investigación se mantienen funcionando con los escasos recursos con los que cuentan. Foto: Archivo 

-Los sistemas de acreditación de la investigación nacional ha venido experimentando una situación complicada, que en lo particular tuve oportunidad de explicar al Directorio del Cdchta como asesor del Vicerrectorado Académico. Afortunadamente, el PEI-ULA mantuvo su lugar en el concierto del sistema de acreditación y ha venido actualizando su normativa, adecuándola al espíritu de los tiempos, gracias a las iniciativas del propio Vicerrectorado Académico, de la coordinación general del Cdchta y del propio Directorio. Sin embargo, siguen existiendo algunas observaciones al PEI-ONCTI, que ha modificado también su normativa, pero que todavía tiene muchas cosas que mejorar en sus criterios de ingreso y permanencia. Se requiere de un sistema nacional de acreditación más sólido y que permita a los investigadores alcanzar visibilidad. Sin ir muy lejos, los sistemas brasileño y mexicano de investigación poseen una plataforma de acreditación que, adicionalmente, le brinda una especial visibilidad a los investigadores. Podemos aprender de estas experiencias, y de la propia experiencia de veinte años del antiguo Sistema de Promoción al Investigador (SPI), para mejorar y generar un sistema de acreditación más consistente que verdaderamente estimule a los investigadores. Vaya nuestro reconocimiento a otras instituciones que reconocen el trabajo científico, como la Fundación Polar, Fundacite Mérida, entre otros, que ofrecen incentivos a los investigadores, quedan pendientes otras instituciones como el Consejo Municipal o las Alcaldías, que premian la labor de muchos sectores que aportan a la sociedad.

¿Cuál es su apreciación sobre el tema de las publicaciones, la ausencia de recursos económicos y la imposibilidad para los investigadores de dar a conocer su trabajo en el exterior y a veces hasta en el propio país?.

 -Uno de los productos más básicos de la investigación científica es la publicación, que forma parte de la matriz disciplinaria del paradigma de cada ciencia en particular, según el modelo de Thomas Kuhn. Publicar es una necesidad para el científico, pues es el único mecanismo que permite difundir el conocimiento generado a partir de los proyectos de investigación, y que puede ser aprovechado por otros investigadores como insumo para iniciar otras investigaciones o para dar solución a un problema concreto que se le plantee desde los diversos sectores de la sociedad. Por esta razón, es imperativo apoyar a las revistas institucionales, de sociedades científicas o de las Academias Nacionales y Regionales y, por otro lado, apoyar a los investigadores que deben aportar un estipendio a las revistas internacionales. Así mismo, contribuir con la edición del libro universitario es otra forma de colaborar con la difusión de la investigación a nivel académico y de la docencia universitaria. En la actualidad, los costos editoriales son punitivos, es un tema pendiente que requiere de una clara política editorial institucional y de soporte financiero nacional.

¿Su mensaje para los investigadores universitarios en estos tiempos de crisis?

-Este año 2016 se conmemora el cuarto centenario de la muerte del más célebre escritor en lengua española de todos los tiempos, Miguel de Cervantes Saavedra (1547-1616) y por tanto ha sido declarado como “año cervantino”, y qué mejor que recordar en este contexto a su personaje más emblemático: el ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, que se lanzó intrépido contra todo aquello que jugaba en su contra o se oponía a sus ideales caballerescos. A todos aquellos que hacemos investigación científica actualmente en Venezuela no nos queda más que enfrentar quijotescamente esta labor, y no cejar en el empeño de producir cada día nuevo conocimiento, desde las diversas áreas y de cara a un futuro que, a pesar de las incertidumbres, estamos llamados a colaborar en su construcción.

Categorías: