Gil Otaiza cumplió una gestión de apreciables logros al frente de la Cátedra de Farmacognosia

Luego de un compromiso sostenido durante casi 10 años con sus estudiantes y el profesorado, el profesor Ricardo Gil Otaiza, hizo entrega de la jefatura de la Cátedra de Farmacognosia, perteneciente a la Escuela de Farmacia, Facultad de Farmacia y Bioanálisis de la Universidad de Los Andes.

Después de cumplir varios retos, el profesor Gil Otaiza reconoció sentirse satisfecho con la experiencia, pues a su juicio, hizo una labor importante, tanto en lo que tuvo que ver con la proyección de la Cátedra como en el sostenimiento de la misma.

El profesor Ricardo Gil Otaiza reconoció sentirse satisfecho por su labor en esta cátedra tan importante para la Facultad de Farmacia y Bioanálisis de la Universidad de Los Andes. Foto: Lic. Fanny D´Jesús

Suma entre sus logros “haber alcanzado la reestructuración, desde el punto de vista de creación de un nuevo laboratorio, que es uno de los más grandes y hermosos que tiene la Facultad, como es el “Laboratorio de Docencia de Farmacognosia, Doctor Rafael Cimmarusti”, y el desarrollo de otros espacios.

Es de destacar que la concreción de dichas obras se produjo gracias en primer lugar al ingente apoyo recibido de parte del Vicerrectorado Administrativo de la ULA, conducido por el profesor Manuel Aranguren, que permitió la formulación y la ejecución de los trabajos para el acondicionamiento de los espacios, y luego a la aprobación de un proyecto presentado por la Cátedra de Farmacognosia ante el Fondo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, Fonacit. “Con miras a este nuevo laboratorio introdujimos un proyecto al Fonacit, un proyecto de Fortalecimiento de Espacios, el cual para el momento fue relevante, dinero con el que se pudo adquirir una parte de los equipos para el desarrollo de los trabajos dentro del laboratorio. El proyecto fue cerrado a finales del año 2017, duró varios años, ya fue entregado el informe final, pero que permitió le quedaran buenos equipos al laboratorio. Aspiramos que a lo largo del tiempo los profesores que van a ser la generación de relevo, continúen ese desarrollo y equipamiento, ya que en la actualidad con la hiperinflación que existe se hace casi imposible adquirir equipos en el país. Tendrían que venir nuevas condiciones para equipamiento, por la vía de casas de representación en el extranjero”.

En este mismo orden de ideas, el profesor Gil Otaiza indicó que en su gestión se logró la construcción de tres cubículos y un salón de reuniones (todo lo cual se ejecutó en paralelo con el citado laboratorio), con los que se pudieron solventar algunas  las necesidades de los profesores, en cuanto a espacio se refiere. “Siento que con estas modificaciones que se hicieron en la Cátedra se logró de alguna manera maximizar el espacio y proyectarla, permitiendo a las próximas generaciones de relevo disfrutar de unos espacios más cómodos,  de un laboratorio que les va a brindar su proyección desde la docencia”.

Este laboratorio de docencia, ubicado en la Facultad de Farmacia y Bioanálisis ulandino, atiende a unos 120 estudiantes, y a pesar de las dificultades continúa cumpliendo con sus funciones. Foro: Lic. Fanny D' Jesús.

“También realizamos la galería de profesores de la Cátedra de Farmacognosia, un viejo anhelo que se tenía porque oíamos hablar de los profesores que nos antecedieron y muchos no conocían sus rostros y que nos diera una imagen más humanizada de la Cátedra. Allí podemos encontrar la figura de Luis Ruiz Terán, un personaje emblemático para la cátedra y para la universidad, tenemos al doctor Fernando Perez Barré, quien fue decano de la Facultad de Farmacia, al doctor Manuel López Figueiras, quien procedente de Cuba hizo cátedra en la Universidad de Los Andes. Otros personajes como Tilisa Peña de Cárdenas, Rosa María Obando, David  Díaz Miranda, Miriam Sosa, Dilma Jiménez, Pablo Meléndez, María Eugenia Rondón, Rafael Cimmarusti, es decir una galería que nos permite en pocos segundos tener una visión exacta de lo que ha sido la historia de este espacio académico”, destacó el profesor e investigador de la Universidad de Los Andes.

Llena también de satisfacción al académico, la realización de una serie de cursos relacionados con las plantas medicinales, además de la transmisión de programas especiales para la televisión venezolana y del exterior, grabados en estos espacios, y con su personal.

En la actualidad la Cátedra de Farmacognosia es pequeña, atiende alrededor de unos 100 estudiantes, y en cuanto al número de docentes es exiguo, sólo 4 docentes. “Sólo somos en la actualidad 4 profesores que atendemos la cátedra: la profesora Dilma Jiménez, la profesora María Eugenia Rondón, el profesor Pablo Meléndez quien dirige el Herbario MERF de la Facultad de Farmacia, pero apoya con algunas sesiones de laboratorio, y mi persona, que me desempeño en la asignatura de Farmacognosia I, desde hace muchos años, tanto en teoría como en práctica. También tenemos personal técnico, poco, pero contamos con Eduardo Gaviria, quien funge como técnico de laboratorio. En nuestra cátedra hacemos investigación, extensión, donde se ha mantenido una larga tradición. No puedo dejar de mencionar a dos personas que han sido muy importantes, ellos son el ingeniero Juan Antonio Carmona Arzola y la ingeniero María Concepción Rodríguez Arredondo quienes han sido dos profesionales extraordinarios. Juan Carmona fue quien dirigió el Jardín de Plantas Medicinales de la facultad por más de 18 años, y María Concepción estaba adscrita al Herbario de la Facultad de Farmacia y Bioanálisis y tiene unos 3 o 4 años con nosotros en la Cátedra, ambos han sido personajes fundamentales. Debo reconocer que todo nuestro personal está muy bien formado, muy bien adiestrado”. En cuando al personal obrero contamos desde hace varias décadas con el trabajo tesonero de la señora Ana Rosa.

Finalizó señalando, el profesor Ricardo Gil Otaiza, “me retiro con la satisfacción de haber emprendido proyectos importantes para mi Cátedra, sumada a la satisfacción de haberle dado a ella, a los estudiantes y a mis colegas, mis esfuerzos, mi sincero cariño. La institución seguirá adelante, otros vendrán que tendrán tres opciones, hacerlo peor, que no debería ser, igualarlo o superarlo, yo me inclinaría por la última opción, que ese trabajo sea superado, que la Cátedra sea llevada a más elevadas cimas todavía, para que siga siendo orgullo de la Facultad de Farmacia y Bioanálisis y de la Universidad de Los Andes.